La Dirección Regional de Salud (Diresa) informó que en lo que va del año se han brindado más de 15 000 atenciones por diabetes en la región, una cifra que confirma el avance constante de esta enfermedad en la población ayacuchana. El médico ocupacional Brayan Huaya Alarcón explicó que los registros locales mantienen una tendencia similar a la observada a nivel nacional, donde la diabetes afecta cada vez a más adultos y es considerada una de las enfermedades crónicas de mayor impacto en la salud pública.
Huaya Alarcón precisó que la diabetes se desarrolla cuando la insulina —hormona encargada de regular el azúcar en sangre— no actúa de manera adecuada, lo que provoca que la glucosa se mantenga elevada y termine dañando vasos sanguíneos pequeños, afectando órganos como los ojos, los riñones y otros tejidos. En paralelo, la Diresa también reporta 33 000 atenciones por hipertensión arterial, otra condición que suele acompañar a la diabetes y que incrementa el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
El especialista recordó que los síntomas más frecuentes son la sed excesiva, el aumento del hambre, la necesidad frecuente de orinar y la pérdida de peso sin explicación. Estos signos —conocidos como las “tres P”— son claves para acudir oportunamente a un establecimiento de salud y descartar la enfermedad. Según Huaya, en Ayacucho predominan los casos de diabetes tipo 2, estrechamente vinculados a estilos de vida poco saludables como dietas ricas en productos procesados, sedentarismo y sobrepeso. La diabetes tipo 1, de origen genético, es menos común y suele detectarse en edades más tempranas.

A nivel nacional, este panorama también preocupa. Instituciones de salud estiman que más de dos millones y medio de peruanos viven con diabetes y que la mayoría de casos corresponde a la diabetes tipo 2, asociada a los hábitos de vida.
Desde la pandemia, los servicios de salud han registrado miles de nuevos diagnósticos, lo que evidencia una tendencia que no se ha detenido en los últimos años. Además, estudios oficiales muestran que la prevalencia varía según la zona geográfica del país, siendo más alta en las regiones costeras, lo que coincide con cambios en patrones alimentarios y factores de riesgo que se replican en distintas ciudades.
Frente a este escenario, la Diresa recomienda reforzar prácticas preventivas como reducir el consumo de alimentos ultraprocesados, priorizar productos frescos y vegetales, hidratarse adecuadamente con hasta ocho vasos de agua al día e incorporar caminatas o actividades físicas ligeras en la rutina diaria.
Aunque las atenciones por diabetes representan alrededor del 2 % de todas las consultas en la región, el médico advierte que se trata de una cifra relevante para la salud pública debido a las complicaciones que pueden derivarse cuando no existe un tratamiento oportuno.
Por último, la institución resalta que el reto continúa en la detección temprana, el cambio de hábitos y la vigilancia permanente de una enfermedad que avanza silenciosamente y que, según los especialistas, seguirá aumentando en los próximos años si no se refuerzan las medidas preventivas en toda la población.
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