El nevado Coropuna, uno de los bloques glaciares más grandes del Perú, está en peligro por el cambio climático y la depredación de toda la zona. Por eso, está en proceso de ser declarado Área de Conservación Regional (ACR), con un ambicioso proyecto que busca preservar su ecosistema altoandino. Al mismo tiempo, se busca promover un desarrollo turístico sostenible en al zona. El proceso, liderado por el gobierno regional de Arequipa con apoyo de Andes Amazon Fund, se encuentra en su primera fase y podría culminar en un plazo estimado de tres a cuatro años.
De acuerdo con Margarita Medina Müller, coordinadora de Andes Amazon Fund, la propuesta contempla la delimitación de aproximadamente 151 mil hectáreas que abarcan el nevado y su entorno, donde se proyectan actividades de restauración de suelos, protección de la biodiversidad y apoyo a las comunidades locales con tecnologías para una producción sostenible. El establecimiento formal del área implica consultas con las comunidades, estudios técnicos y una aprobación final mediante decreto supremo por parte del Consejo de Ministros.
Además del componente ambiental, el proyecto busca potenciar el Coropuna como atractivo turístico especializado, aprovechando su cercanía a rutas como Cotahuasi y su potencial para el turismo de alta montaña. Sin embargo, se prevé una gestión cuidadosa para evitar impactos negativos sobre los glaciares y otras zonas sensibles. La delimitación de la zona protegida requerirá de una inversión de al menos 200 mil dólares anuales.
Conservación y turismo sostenible: claves del proyecto en Coropuna
El proceso de conversión del Coropuna en área protegida involucra no solo la conservación del ecosistema, sino también la planificación de un uso turístico responsable. Según lo señalado, se contempla implementar el instrumento de gestión llamado SIDIS (Sistema de Diseño de Uso Turístico), que permitiría incorporar al Coropuna dentro de una red de rutas turísticas en coordinación con la Dirección Regional de Turismo.
Se llevaría a cabo un modelo de turismo especializado que incluiría actividades como el andinismo o el senderismo en alta montaña. Todo, bajo estrictas regulaciones para mitigar el impacto ambiental, como el daño a glaciares por el uso de equipos inadecuados.
Por otro lado, el área propuesta cuenta con una importante biodiversidad que refuerza su valor como destino eco-turístico. Especies como la taruca, la vicuña, el puma y los bosques de queñual están entre los principales motivos de conservación. A través de esta estrategia integral, se espera no solo proteger el ecosistema. También generar beneficios económicos para las comunidades locales mediante actividades compatibles con la conservación.
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