El juez Rafael Herrera Rivas, del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria, dejó en libertad a Yordi Pabel Vargas Huamán (18), el estudiante de cocina que confesó haber asesinado al chofer Elmer Berrocal De La Cruz (37) en el distrito de Chilca. El magistrado declaró infundado el pedido del Ministerio Público de nueve meses de prisión preventiva y, en su lugar, dictó comparecencia con restricciones, además del pago de una reparación civil de S/ 10 000 a favor de los deudos del taxista.
Vargas confesó haber matado a Berrocal la madrugada del 24 de abril, en la carretera Panamericana Sur, a la altura del barrio de Auray, cerca de Huancán. Según su declaración, el crimen ocurrió cuando intentó recuperar su celular, que —afirmó— había sido arrebatado por la víctima.
De acuerdo con su defensa, la figura de “responsabilidad restringida” en el derecho penal peruano le sería aplicable, al tener entre 18 y 21 años. Esta circunstancia permite atenuar la sanción penal, facultando al juez a reducir la pena en un grado prudencial. También se consideraron a su favor el hecho de no registrar antecedentes policiales ni penales, así como el hacinamiento en los centros penitenciarios.
El joven, estudiante de gastronomía en el instituto Hoja Azul, relató a la Policía que la noche del 23 de abril estuvo bebiendo licor. Bajo los efectos del alcohol, caminaba sin rumbo hasta que decidió descansar en una banca en Auray. Fue entonces cuando Berrocal se acercó y, según Vargas, le robó el celular que llevaba en el bolsillo de su polera.
“El occiso me arrebató el celular y, mientras lo perseguía unos cinco, siete o diez metros, no sé bien, lo apuñalé por la espalda, solo una vez, con un cuchillo de cocina con el que estudio”, declaró Vargas durante su interrogatorio. Precisó que el cuchillo era de mango negro, número 8, de la marca Tramontina, de unos 30 centímetros de longitud y de punta media ovalada.