El estudiante Yordi Pabel Vargas Huamán (18) confesó haber asesinado a Elmer Berrocal De La Cruz (37), un taxista, la madrugada del 24 de abril en la Panamericana Sur, en el distrito de Chilca. Según su declaración, el crimen ocurrió cuando intentó recuperar su celular, que había sido arrebatado por la víctima.
El joven, estudiante de gastronomía, relató a la Policía que durante la noche del 23 de abril estuvo ingiriendo licor. Desorientado y bajo los efectos del alcohol, caminaba sin rumbo por la zona hasta que decidió descansar en una banca en el barrio de Auray, cerca de Huancán. Fue allí donde Berrocal se acercó y le robó el celular que llevaba en el bolsillo de su polera.
“El occiso me arrebató el celular y, mientras lo perseguía unos 5, 7 o 10 metros, no sé bien, lo apuñalé por la espalda, solo una vez, con un cuchillo de cocina con el que estudio”, declaró Vargas durante su interrogatorio, en el que respondió un total de 32 preguntas. El joven detalló que el cuchillo utilizado era de mango negro, número 8, de la marca Tramontina, con una longitud de 30 centímetros y una punta media ovalada.
Vargas también explicó que llevaba consigo dos cuchillos esa noche. Uno de ellos, de aproximadamente 5 centímetros, también de la marca Tramontina y con mango negro, lo tenía en su bolsillo, pero olvidó sacarlo. Llevaba los cuchillos en su mochila como parte de sus clases de cocina.
“Forcejeamos por unos segundos, pero yo estaba muy alterado. Fue en ese momento que lo volví a acuchillar, esta vez en el pecho, cerca del corazón”, relató. El joven aseguró que no pensó en las consecuencias, solo en recuperar su teléfono.
Una vez que Berrocal recibió la primera cuchillada, Vargas le exigió que le devolviera el celular, pero la víctima le respondió: “¿Cuál celular?”. Aterrorizado por lo ocurrido, Vargas huyó rápidamente del lugar y revisó las pertenencias del herido, pero no encontró el teléfono. “Rebusqué entre sus cosas, pero no estaba. Entonces me retiré rápidamente”, narró en la Divincri.
A las 3:30 de la madrugada, transeúntes encontraron el cuerpo de Elmer Berrocal tendido sobre la pista, sin signos de vida. Durante el levantamiento del cadáver, solo se hallaron unas llaves entre sus pertenencias.
Por la mañana, Vargas se presentó en la comisaría de Chilca y confesó su participación en el crimen. “A las 08:30 me puse a lavar ropa y mi vecina me contó que hubo un fallecido en la pista de la calle Panamericana en Huancán. Después me fui pensativo a mi trabajo a las 09:45, y al llegar, un amigo me confirmó que hubo un fallecido en la zona. Fue entonces que decidí entregarme a las autoridades”, explicó.
El Ministerio Público ha solicitado 9 meses de prisión preventiva para Vargas, quien enfrenta cargos por homicidio calificado. El juez Rafael Herrera Rivas, del Primer Juzgado de Investigación Preparatoria, resolverá la solicitud en la audiencia programada para el lunes 28 de abril, a las 8 de la mañana.
Vargas, quien cumplió 18 años el 18 de abril, cursaba un curso de cocina en el instituto Hoja Azul y trabajaba en un chifa de Chilca, donde ganaba S/ 40 diarios. Anteriormente, había trabajado en la chacra de su padre en Río Negro, Satipo. Vivía en Chilca desde hacía pocas semanas, en la casa de su tía, con la intención de estudiar y trabajar en Huancayo, según relató en su interrogatorio.