A la espera de que el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) resuelva la tacha presentada contra su partido Runa, Ciro Gálvez, exministro de Cultura y fundador de la agrupación, negó cualquier vínculo con posiciones extremas. “Yo no soy radical, no soy comunista”, afirmó en una entrevista con Canal N, en respuesta a los cuestionamientos por su paso por el gobierno de Pedro Castillo.
Gálvez aseguró que su participación en el primer gabinete de Castillo fue circunstancial. “Fui un invitado, no pertenezco a Perú Libre. Estuve en el Ministerio de Cultura escasamente 60 días. No tengo ninguna relación con Pedro Castillo”, recalcó. Según dijo, su presencia fue incómoda para los sectores más ideologizados del oficialismo. “Era un obstáculo para la izquierda radical, porque jamás habría permitido medidas dictatoriales de esa índole. Por eso salí tan rápido del ministerio”.
El líder de Runa también cuestionó la tacha presentada contra su partido, a la que calificó de infundada. “Esa tacha tiene una conducta antidemocrática que no se sustenta. Llamo a la reflexión. Esperamos que el JNE nos dé la inscripción definitiva”, expresó.
En un tono crítico hacia el panorama político actual, Gálvez advirtió que las próximas elecciones se desarrollan en un clima de desconfianza. “No se debe hacer más problemas en un proceso electoral que ya está desde ya falto de credibilidad. Lo peligroso es que la población no va a creer en los resultados, y quien salga elegido, Dios quiera que no sean esos partidos tradicionales”, dijo.
Gálvez afirmó ser “devoto de la democracia y del libre mercado” y aseguró que, de confirmarse la inscripción de su partido, buscarán alianzas con agrupaciones que compartan esos principios y promuevan una mayor inclusión de los pueblos indígenas.
También se refirió a su gestión como ministro y a la polémica generada por su decisión de retirar a varios escritores peruanos de la delegación oficial a la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara. “No hay que permitir corrupción en nada. Se ha caricaturizado diciendo que los saqué a patadas, pero lo cierto es que durante diez años hubo escritores que viajaban con 60 mil soles por cinco días. Algunos vivían en Francia, España o Chile, y venían al Perú únicamente para luego ir a México a todo lujo. Yo prefería mandar a escritores de provincia, de todas las sangres”, concluyó.