Héctor Genaro Castro Bonilla, de 44 años de edad, no regresa a casa. La madrugada del domingo 6 de abril salió tras un taxi —según su familia, porque habría olvidado su celular dentro del vehículo— y desde entonces no se sabe nada de él. Su esposa, Ruth Ortega, fue la última en verlo.
Director y percusionista del grupo tropical ‘Los Fundadores del Estilo Más y Más’, Héctor era conocido en el género tropical del valle del Mantaro por su carisma en el escenario y su capacidad de reinventarse. Pero también cargaba con una historia que lo marcó para siempre.
En octubre de 2003, junto a su hermano Gilmer y su tío Sergio Trinidad Melo, fue condenado a 25 años de prisión por la violación y el asesinato de una seguidora del grupo Furia Tropical. Tras pasar una década recluido en el penal de Huamancaca Chico, obtuvo su libertad y regresó a los escenarios: primero con la agrupación ‘Lágrimas’, y luego con un proyecto propio, ‘Más y Más’.
“Él no tenía problemas con nadie. Yo creo que esto ha sido por envidia, porque su grupo estaba creciendo”, sostiene su esposa Ruth. “Mi esposo era de un gran corazón”, agrega. Cuenta que, en los últimos meses, recibieron amenazas desde perfiles falsos en redes sociales, con insultos como “muertos de hambre”, “pobres payasos”, “pobres inútiles”. “Tienen miedo de que les vayan a ganar”, insiste, convencida de que lo ocurrido no fue casual.
Según su versión, los problemas comenzaron en septiembre de 2023, cuando Héctor y su hermano decidieron separarse del grupo ‘Lagrimas’ que compartían con su tío, Sergio Trinidad. Desde entonces, fundaron su propia agrupación con un estilo más juvenil, que rápidamente ganó seguidores en locales, discotecas y fiestas patronales.
Consultado por Huanca York Times sobre la desaparición, Sergio Trinidad fue enfático: “Desde el día que se retiró de mi grupo no sé nada, no he tenido contacto para nada”, declaró escuetamente.
Mientras tanto, sus familiares y vecinos continúan con la búsqueda por las riberas del río Mantaro y los parajes de Concepción, donde vivía. También han acudido con pancartas hasta la comisaría de esa jurisdicción. Pero hasta ahora o hay rastro del músico percusionista: parece que la tierra se lo hubiera tragado. Una unidad de la PNP investiga más detalles de su desaparición.