El 19 de marzo, el Comité de Vigilancia y Control (CVC) de Sinchi Roca, en el distrito de Manseriche (Datem del Marañón, Loreto), detectó un nuevo derrame de petróleo en una quebrada afluente de la quebrada Pijuayal. El derrame fue identificado alrededor de las 4:00 a.m., momento en el que se alertó a Petroperú. Los propios comuneros instalaron una barrera provisional para contener el crudo. A las 7:00 a.m., CORPI San Lorenzo llegó a la comunidad para documentar el desastre ambiental y dialogar con la población, acompañada por autoridades de las federaciones ORPASY y CHAPI SHIWAG y el área de Programa de Derechos de DAR Perú. Durante la mañana, José Rojas, responsable de relaciones comunitarias de Petroperú, se reunió con las comunidades de Sinchi Roca y Pijuayal, donde se exigió el abastecimiento urgente de agua y alimentos. Sin embargo, hasta el momento, las familias afectadas no han recibido respuesta ni atención adecuada.
Impacto en las comunidades y exigencias a Petroperú
Este derrame ha contaminado las quebradas Pijuayal, Río Rojo, Yurapaga y Apaga, con riesgo de que el crudo termine desembocando en el río Marañón. Las fuentes de agua contaminadas son la única fuente de abastecimiento para las comunidades de Sinchi Roca, Pijuayal, Palestina, Sachapapa, Belén, Nueva Cajamarca, Atahualpa, Nazareth y 70, afectando directamente el acceso a agua limpia, alimentación y salud de más de 2500 personas hasta el momento, sin contar las personas que podrían verse afectadas de llegar al Marañón.
Petroperú enfrenta críticas por falta de respuesta humanitaria
Según información brindada por quienes vienen trabajando en la empresa que apoya en la contingencia del derrame, el punto de fuga del crudo se encuentra a más de un metro y medio de profundidad en el suelo, lo que sugiere que se trata de una ruptura natural y no de una intervención externa, dado que la tubería es inaccesible, en sus más de 50 años de uso.
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