El emoliente: el elixir andino que sana el cuerpo, revitaliza el alma y perdura en la tradición peruana

De las antiguas infusiones incas a los puestos callejeros de hoy, el emoliente sigue siendo el remedio natural que alivia, reconforta y une a los peruanos.
Emoliente, el milenario brebaje andino que alivia males y endulza la vida.
Huanca York Times
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Por Carlos Ordoñez Berrospi

Para el inglés, tomar té a las cinco, es sagrado; los europeos beben religiosamente una taza de café a cualquier hora del día; el peruano saborea su emoliente, una bebida divina, en la mañana y cuando se cierra el día, como desayuno, a veces, para el frío en otras, y generalmente como un remedio para sus males.

El protagonista de esta costumbre que viene de antiguo es el conocido emolientero que hoy celebra su día. Del emoliente se dice que es un medicamento que sirve para ablandar una dureza o un tumor. Efectivamente, en otros términos, demulcente, lenitivo, ablandativo, suavizante.

En nuestro país, según fuentes orales, tomar un emoliente es evocar a nuestras generaciones incaicas que tomaban infusiones de yerbas para sus males, entre muchos, dolor del cuerpo, de la cabeza, del estómago, resfríos, insomnios, en fin, tantos para los que había también muchas especies, por citar nomás, la inca muña, la ortiga en todas sus variedades, la yerba buena, manzanilla, la ruda, el chuchuhuasi, ajenjo, huamanripa, escorzonera, huila, huila, la uña de gato,

Con el tiempo, indudablemente, se fue modificando la forma de tomar, en asociaciones con otras combinaciones, inclusive con algo de licor producido por la maceración del maíz, la papa, la yuca y la destilación de la caña de azúcar, a fin de conseguir un mejor efecto con un gusto agradable al paladar y con la seguridad se mejorar el estado de salud, como ocurría y que hasta ahora conservan los pobladores andinos.

Hoy el emoliente se encuentra en los alrededores de los mercados y en las esquinas de las calles más concurridas, como se ve en Huancayo, cerca al Modelo, en la calle Real, La Breña, donde se ubican los más preferidos, a cargo de experimentados emolienteros que no solo le sacan el juego al limón, sino a las yerbas, siendo el más solicitado el clásico de cebada a medio tostar, cola de caballo, jarabe de goma, endulzado con azúcar o miel, bien caliente o tibio, desde dos soles el vaso.

Si se trata de aliviar los males, las recetas ahora son para el hígado, la diabetes, los riñones, la vesícula, la presión, el colesterol, esto y mucho más, como en botica, a pedido del paciente que tiene su propia fórmula, con efectos satisfactorios que lo recomiendan a los demás y que los emolienteros guardan sus secretos celosamente en sus vademecuns particulares para prepararlos como los más experimentados barmans.

En Huancayo hay cuatro asociaciones que reúne a más de 150 socios, una de ellas Productos Premiun Waly, registrado en Indecopi, con todas las licencias, cuyo representante es Waly Ramos Torres (53), con nueve años en el rubro, quien revela algunas de sus líneas que le han valido ser uno de los más preferidos en la primera cuadra del Paseo La Breña.

Entre los productos de su creación encontramos el boldo para el hígado, la uña de gato como antibiótico, desinflamante y relajante; el fruti polimiel de nueve frutas: membrillo, arándanos, fresa, lúcuma, piña, naranja, maracuyá, mango, higo, miel y polen, ganador del primer concurso realizado en Huancayo, como relajante y remedio para muchas dolencias.

Asimismo, están los preparados de piña como diurético, naranja para el aparato respiratorio; maracuyá, como regulador de la presión; el mango para la flora intestinal y la linaza que tiene contenido de calcio y actúa también como inmunológico, diurético y dietético.

Waly utiliza hasta 7 yerbas, granos y frutas para preparar el emoliente base para la combinación con todas las esencias mencionadas, una labor que le ocupa todo el día, desde la selección, compras, cocción y venta, un trabajo que le enorgullece porque empezó desde lo más simple hasta alcanzar un grado de excelencia. Empezó con una carretilla y ahora luce un puesto totalmente higiénico.