La historia que los jóvenes con discapacidad auditiva leen, o, les interpretan en su lenguaje de señas, es la vida del músico y compositor alemán Ludwig van Beethoven, revolucionario de la música de su época, a pesar de haberse quedado sordo completamente a sus 49 años.
Conforme relata National Geographic, la sordera del compositor comenzó a sus 30 años de edad, aproximadamente, pero esa condición “no fue un impedimento para este músico, dado que algunas de sus obras más importantes fueron compuestas estando parcial o totalmente sordo”.
Esa es una de las historias empleadas por el equipo del Programa de lecto-escritura para niños y jóvenes con discapacidad auditiva de Huancayo, Semblanza: señas y esperanza, que se apoya en el Lenguaje de Señas Peruanas, a través de la lectura de cuentos y la redacción de auto semblanzas, explica Emily Verástegui, coordinadora del proyecto.
Con las ferias de libros desde 2008, Huancayo se ha convertido en un espacio representativo de promoción de la lectura, “sin embargo, no se ha realizado las adaptaciones necesarias para el acceso e inclusión a la población con discapacidad auditiva”, reflexiona la comunicadora Verástegui y plantea que la ‘comunidad sorda’ también merece acceder a la lectura, respetando sus formas de leer y de escribir, que incluyen palabras claves e imágenes.
Más aún, cuando las instituciones del Estado, como el Gobierno Regional de Junín, no reporta ninguna actividad que haya realizado en cultura y educación para las personas con discapacidad auditiva.
Las estadísticas del Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis) indican que alrededor del 10.24 % de la población de la región Junín tiene alguna discapacidad. En números absolutos, eso significa alrededor de 130 mil personas, de las cuales, el 45% (59 mil personas) tiene dificultades para oír y hablar.
Los distritos con la mayor población con discapacidad auditiva están en El Tambo (31.7%), Huancayo (28.7%), Chilca (16.4%), Pilcomayo (3.3%) y San Agustín de Cajas (2.3%).
“La población con discapacidad auditiva afronta barreras comunicativas, actitudinales e institucionales que han impedido el acceso a la lectura y escritura en todos los niveles educativos”, dice Emily Verástegui.
“El Plan Nacional de Educación Intercultural Bilingüe no considera la Lengua de Señas Peruana como una lengua originaria, en consecuencia, se limita la singularidad y diversidad lingüística por parte del actual sistema educativo a la comunidad sorda”, reflexiona.
Las sesiones de lecto escritura se dan en el Instituto de la Juventud de Huancayo. Uno de los miembros del equipo lee en voz alta el texto sobre Beethoven, al mismo tiempo que una intérprete traduce el contenido en lenguaje de señas para la comprensión de los jóvenes.
Serán doce talleres presenciales, divididos en un módulo de mediación de lectura de cuentos y otro de escritura de semblanzas.
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