Ana Estrada, activista peruana en favor de la eutanasia y quien padecía de polimiositis desde los 12 años, ejerció su derecho a la muerte digna y accedió al procedimiento médico de la eutanasia el último domingo tras lograr una sentencia favorable de la Corte Suprema, confirmó su abogada, Josefina Miró Quesada.
La histórica sentencia a favor de Estrada fue emitida el 23 de febrero de 2021 y luego fue ratificada por la Corte Suprema en julio de 2022. El procedimiento médico de la eutanasia se realizó conforme al “Plan y Protocolo de Muerte Digna”, aprobado por EsSalud, indica el comunicado de prensa emitido la abogada Josefina Miró Quesada.
Aquí el comunicado
“El domingo 21 de abril de 2024, Ana Estrada ejerció su derecho fundamental a una muerte digna y accedió al procedimiento médico de eutanasia. Ana murió en sus propios términos conforme a su idea de dignidad y en pleno control de su autonomía hasta el final.
El procedimiento médico se realizó conforme al “Plan y Protocolo de Muerte Digna” aplicable a Ana, aprobado por EsSalud, en el marco de la histórica sentencia a su favor, emitida el 23 de febrero de 2021 y ratificada por la Corte Suprema el 14 y 27 de julio de 2022.
Ana partió agradecida con todas las personas que hicieron eco de su voz, que la acompañaron en su lucha y que, de manera incondicional, apoyaron su decisión con amor y empatía. De manera particular, agradeció a los funcionarios públicos que integraron en su momento la Defensoría del Pueblo y la defendieron cuando la institución patrocinó su caso.
La lucha de Ana por su derecho a una muerte digna ha permitido visibilizar y sensibilizar a miles de peruanos y peruanas sobre la importancia de defender este derecho. Su lucha ha trascendido las fronteras de nuestro país y ha marcado un hito en la región. Ana se convirtió en el rostro de esta justa causa que se propone defender la dignidad de principio a fin y la libertad de decidir sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos.
El caso de Ana permitió que la justicia peruana reconociera por primera vez en su historia que todos tenemos derecho a morir con dignidad. Este importante precedente permitió que otras personas como María Benito pudieran tener reconocido su derecho a rechazar los tratamientos médicos que la mantienen en vida para también tener una muerte digna.
El legado de Ana vivirá en la mente y el corazón de muchas personas y en la historia de nuestro país. Sus familiares y seres queridos celebramos su vida, y agradecemos las muestras de solidaridad, apoyo y comprensión hacia la lucha de Ana. En estos momentos
pedimos a todos los medios de comunicación respetar la privacidad de la familia”.