Yo no sé qué esperan la Procuraduría y el Sindicato de Trabajadores de la Municipalidad de El Tambo para pronunciarse y deslindar responsabilidades sobre la incompetencia e ineptitud que se viene mostrando en estos tres meses en la conducción de esta importantísima institución edil.
Igualmente, es censurable que los regidores de la comuna tambina estén mudos y hayan renunciado a su función fiscalizadora, evidenciando servilismo y genuflexión ante la máxima autoridad que maneja el aparato municipal.
Del mismo modo, pienso que también debe intervenir ya la Contraloría no solo para corroborar las irregularidades que están sucediendo en la toma de personal, sino también para corroborar la parálisis en las inversiones y proyectos del municipio. Del mismo modo la Sunafil tampoco se da por enterada.

Es evidente que en estos primeros 90 días de la nueva gestión en el municipio de El Tambo, éste se encuentra al garete y naufraga peligrosamente, perjudicando los intereses del pueblo tambino.
En tres meses han desfilado ya tres gerentes municipales, uno de ellos duró solo un día y otro una semana. Hay mucha gente nueva que ha ingresado a trabajar y hasta el momento no tienen ni siquiera contratos.
Se denuncia que existen funcionarios que fueron nombrados sin cumplir los requisitos que exige la ley. Tal sería el caso del nuevo gerente municipal, designado ahoritita nomás y que no cumpliría los requisitos que exige la ley.
Asimismo, existen funcionarios intermedios de carrera que han renunciado a sus cargos para no ser cómplices de la ineptitud de los nuevos gerentes. Cunde la inestabilidad y el desorden.
Nuestras fuentes señalan que hay un gerente que fue traído de Tarma todopoderoso e inamovible, arrastrando con él a su gente. Y hay otro gerente con nueva secretaria, pero inútil.
Varios camiones recolectores de la basura siguen malogrados, provocando deficiencias en el recojo y barrido de desechos. En muchas oficinas del municipio faltan computadoras y útiles de escritorio. El edificio del Centro del Adulto Mayor pretende ser entregada a la Comisaría de Huancayo, en vez de ser potenciada para beneficio de nuestros viejitos.
Como siempre los capitostes del municipio de El Tambo justifican su incapacidad con lo más fácil, echar la culpa a la gestión de Curisinche que ya se fue.
Hace tres meses atrás, en esta misma columna dije que de las actuales autoridades municipales esperaba poco por no decir nada, pues “la naranja” había ganado más por el dinero que derrochó durante la campaña. Hoy comprobamos que nunca tuvieron planes de gobierno coherentes y menos contaban con cuadros técnicos calificados.


