Los productores de papa nativa de Junín y Huancavelica comenzaron a reportar el impacto sucesivo de heladas, granizadas y sequía que amenazan sus cultivos, ubicados por encima de los tres mil metros sobre el nivel del mar.
Áurea Mendoza, presidenta de la Asociación Guardianes de la Papa Nativa (Aguapán), confirmó que estos fenómenos climáticos dañan la producción en seis regiones del país, donde los miembros de esta organización preservan un patrimonio genético de 1,067 variedades del tubérculo.
La situación más grave se registra en Huancavelica, donde, de acuerdo con reportes de sus asociados, las heladas de hace aproximadamente 15 días quemaron los sembríos, seguidas por una ausencia total de lluvias que seca las parcelas sobrevivientes. En distritos como Paucará y Pazos, los agricultores reportan mediante fotos y videos que el clima ha devastado hasta la mitad de sus cultivos.
Mendoza explicó que el clima golpeó las plantas durante la etapa de floración en Junín, Huánuco y Huancavelica. En esta fase, el daño resulta irreversible porque las papas ya están en plena formación de los tubérculos para el consumo, a diferencia de los cultivos recién sembrados que aún pueden recuperarse.
El impacto alcanza a seis de las nueve regiones donde opera la asociación: Huancavelica, La Libertad, Pasco, Junín, Áncash y Huánuco. Los 101 asociados de Aguapán cultivan exclusivamente por encima de los 3,500 metros de altura, donde conservan una biodiversidad única que incluye productores con hasta 300 variedades de papa en una sola zona.
A pesar de la magnitud de la emergencia, los agricultores denuncian una escasa coordinación del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri). Según la dirigente, el Estado no brinda ayuda oportuna y suele limitar su acción a la toma de datos, sin ofrecer soporte técnico o económico inmediato para mitigar las pérdidas en las comunidades altoandinas.
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