Escritor huancaíno Renato Bueno conquista el título Poeta Joven del Perú, con Sonimientos

Renato Miguel Bueno Benito (24) se impuso en un certamen con más de 480 participantes y expresó su deseo de presentar su poemario Sonimientos en Huancayo. El jurado también reconoció a Camila Donayre con el premio principal.
Renato Miguel Bueno Benito (24), “El Poeta Joven del Perú” 2025
Alejandro Barrio
Alejandro Barrio
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El poeta huancaíno Renato Miguel Bueno Benito, de 24 años, fue premiado por ganar la doceava edición del certamen literario “El Poeta Joven del Perú” del 2025 en una ceremonia realizada en el Teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional del Perú el último 21 de noviembre.  

El concurso, organizado por la Fundación Marco Antonio Corcuera y la Universidad de Piura, recibió más de 480 poemarios, de los cuales fueron seleccionados dos ganadores y cuatro menciones honrosas. El premio, compartido entre Renato Bueno y Camila Donayre, consistió en una espiga dorada y un cheque por S/7500 para cada ganador.

Renato desea presentar su libro en Huancayo

Tras ganar el concurso, Renato manifestó su deseo de compartir el reconocimiento en Huancayo: “Quisiera ir a Huancayo a presentar mi libro o a tener una conversación con poetas de Huancayo, porque la poesía, como en general la literatura, es una conversación”. Además, dio un consejo a los poetas de la ciudad: “Yo le diría a los poetas huancaínos, que son prácticamente mis hermanos de sangre, que no se dejen engañar por las modas ni nada, que sean auténticos, que escriban sobre lo que quieran, no hay tema que no sea admitido en la literatura”.

A pesar de su cariño por Huancayo, Renato solo vivió sus primeros meses de vida en la ciudad, debido a que su padre consiguió un trabajo como ingeniero en Tarma. Sin embargo, hasta hoy Renato permanece unido a su tierra de origen: “Yo siempre que voy a Huancayo busco un lugar donde haya tierra y guardo un poco en un frasco. Lo tengo ahorita en mi dormitorio, y de esa manera siento que estoy llevando a Huancayo, por lo menos una parte, y siento que lo tengo a mi lado”.

En Tarma, Renato recuerda sus primeros acercamientos a la poesía, cuando sus tías lo educaban leyendo poemas en voz alta. “No tanto para que yo entendiera, sino para leer bien, sin trastabillar, para corregir ciertos vicios del lenguaje. Dentro de esas lecturas había fragmentos de relatos, de poemas. Me acuerdo de que leí, por ejemplo, El Otro, de Borges”,  

Entre segundo y tercero de primaria, Renato se mudó con su madre, una economista, a Florencia, en Italia. Ahí descubrió el gusto por las lenguas: en pocos años aprendió italiano, inglés y francés. Se me abrieron las puertas de otros idiomas, de otras culturas. La experiencia europea da lo que decía Arguedas: todas las sangres. Hay una confluencia de culturas, de idiomas, de etnias”, recordó Renato.

Al alcanzar la adolescencia, Renato regresó al Perú para terminar su educación secundaria en el colegio Trilce de Jesús María en Lima. Entonces comenzó a escribir relatos y poemas amorosos. Pero su escritura evolucionó cuando, terminada la infancia, se acercó nuevamente a la obra de Vallejo: “Acepté a Vallejo con un amor que se tiene muy pocas veces en la vida, como el amor a la mujer que uno ama. Definitivamente es él, y no creo equivocarme, el gran poeta de nuestra lengua, el español. El salto que yo hice en mi poesía fue gracias a Vallejo, girar hacia otros temas, dejar a un lado el lenguaje amoroso, que está muy gastado”.

Acabando el colegio, los padres de Renato le recomendaron estudiar ingeniería o medicina, pero él optó por la literatura: “Yo era un tipo de biblioteca o de parques. A mí me gustaba sentarme en cualquier lado y agarrar un libro y leerlo”. Inicialmente, postuló a la Universidad Católica, sin éxito, tras lo cual ingresó a la Universidad Mayor de San Marcos: “Aunque la gente no me cree cuando lo digo: yo no pude entrar a Católica, pero sí entré a San marcos. Y fue una decisión acertada”

En San Marcos las lecturas de juventud de Renato, algo desordenadas y dispersas, adquirieron una estructura gracias a la sabiduría de sus profesores y compañeros. Una de las cosas más importantes que aprendió en San Marcos fue el deber de aportar a su país: “Recuerdo que un profesor nos decía: Ustedes deberían contribuir con algo al Perú, porque son los peruanos pagando sus estudios. La relación que yo defiendo del poeta con la sociedad es esa, no tienen que hacer panfletos, pero sí hay un interés por crear una forma nueva en el lenguaje, darla al país”.

Al respecto del país, Renato considera que ser poeta en el Perú es un reto: “La gente no te toma en serio o se burlan de ti”. Por ejemplo, recuerda que, tras ganar el concurso, contactó a una institución del Estado para solicitar la difusión del premio: “Y dijeron que no, que ellos difundían sus propios eventos”.

A pesar de las dificultades, el poeta huancaíno manifestó su intención de persistir en la escritura: “Voy a ser un escritor a tiempo completo, mi objetivo es vivir de lo que escribo, no quiero ser un escritor de feriados o de domingos”.

Historia del concurso

La primera edición del “Poeta Joven del Perú” se remonta a 1960, cuando un grupo de intelectuales y artistas, reunidos en Lima por la visita del poeta norteamericano Allen Ginsberg, tuvieron la idea de crear un concurso de poesía para descubrir a escritores emergentes de las regiones del país.  

El fundador del concurso fue Marco Antonio Corcuera, destacado poeta y promotor cultural, reconocido por su trabajo en la Casa de la Cultura de Trujillo, por editar la revista Cuadernos Trimestrales y por su participación como regidor en gobiernos regionales, desde donde promovió certámenes literarios y difusión cultural.

El premio “El Poeta Joven Del Perú” celebró nueve ediciones entre 1960 y 1999, para después ser retomado en 2017 bajo la promoción del Centro Cultural de la Universidad de Piura y la Fundación Marco Antonio Corcuera.

Prestigiosos poetas han sido premiados desde la fundación del concurso en 1960, año en que César Calvo y Javier Heraud compartieron el primer puesto. Entre los poetas ganadores o reconocidos destacan Luis Hernández, José Watanabe, Jorge Eslava y Monserrat Álvarez, entre otros.

A continuación, compartimos la lista de las obras y autores premiados este año.

Ganadores 2025:

Renato Miguel Bueno Benito, “Sonimientos” (seudónimo: Tañidora de silencios)

Camila Estefany Donayre Guevara, “Una sola hebra” (seudónimo: Achirana)

Menciones honrosas:

Eduardo Saldaña Terrones, “Teología del no” (seudónimo: El Escriba)

Luis Gustavo Gutiérrez Aguirre, “Ceremonia de despedida en torno al hijo ausente” (seudónimo: Pájaro de fuego)

Greyss Ruby Valdez Huallpa, “Wallatita Mía: Suspiros de la Puna” (seudónimo: Wallatita)

Jhocer Junior Gonzales Cóndor, “4+1 estaciones del lenguaje” (seudónimo: Zorro de arriba)

Conoce a Renato en esta entrevista